Diciembre
está entre nosotros. Y mientras los locales se visten de rojo y la
barba de Papá Noel asoma de casi cualquier rincón de la ciudad, quienes
transitamos en el camino del desarrollo personal este es el mejor
momento a buscar el cómo dar un cierre a todos los pendientes laborales,
sociales y familiares que han venido provocando estrés, ansiedad,
resentimiento y, en no pocos casos, depresión.
“En estos días hay una presión psicológica y emocional por cerrar el año
y terminar el 31 de diciembre" es tiempo de balances y de cierres, en
sentido literal; pero, por sobre todo, de balances personales. “Cerrar
un ciclo implica, muchas veces, hacer una evaluación del mismo ser.
Cerrar un año implica pensar y sentir en relación con la distancia entre
las expectativas y los logros, entre las relaciones interpersonales,
intrapersonales y transpersonales. Es mirar nuestros proyectos al
comenzar el ciclo y cómo fue nuestro desempeño, dónde nos sentimos
satisfechos o no. Estas evaluaciones pueden tener una carga emocional
negativa que afecta y bloquea el diario vivir.
Los
síntomas en los que se manifiesta toda esta carga emocional negativa
son: hipersensibilidad, angustia, indecisión, mal humor, humor
cambiante, dificultad para resolver problemas de orden cotidiano,
dolores de cabeza o contracturas cervicales marcadas, trastornos del
sueño, problemas para mantener la atención, debilidad emocional, a veces
tristeza o pensamientos recurrentes en relación con un pasado que
añoran o un futuro incierto que los inquieta…
“Todo esto dificulta las relaciones interpersonales y laborales, generando una marcada disminución del disfrute cotidiano”.
Hay otros factores que influyen como:
•
“Para las personas que no tienen pareja o familia, en esta época la
soledad se pone más de manifiesto y suma una cuota extra si tienes 40-45
años”.
•
“Los matrimonios divorciados, que generan conflictos porque siguen
atrapados en el rencor, pueden generar conflictos de lealtades en sus
hijos”.
•
“Las peleas familiares en general: a quién se invita y a quién se deja
afuera [«tu familia versus mi familia»] son peleas desgarradoras,
inconducentes, pero que se reactivan en las fiestas de fin de año”.
En
épocas como las modernas en las que los cambios externos se suman al
creciente número de familias en las que la soledad, la separación, los
conflictos entre familiares y amigos, los divorcios y demás restos no
procesados de nuestras dificultades con los demás han dejado sus
huellas, las fiestas parecen un momento en el que todo estos conflictos
se reactualizan, esto da como resultado en muchos casos a situaciones de
estrés, malestar, tristeza, melancolía y, en algunos casos, de franca
depresión, que puede manifestarse claramente o, con mayor frecuencia,
por medio de síntomas físicos, como insomnio, agresividad, irritación y
principalmente fatiga.
Muchas
personas tienen un “cansancio acumulado”, que claramente es cansancio,
que muchas veces es por cansancio mental de mucho pensar y analizar,
pero no sólo eso, lleva a muchas personas a una situación de
desasosiego, de adoptar máscaras de dureza, firmeza, frialdad en la que
aparece con aparente claridad la necesidad de tomar decisiones que para
el individuo se presentan como necesarias: protegerme porque me vas a
hacer daño, dejar el trabajo, abandonar los estudios, separarse por
miedo, se niega a formar una relación, tiene miedo a comprometerse,
otros tienen pareja sin satisfacción y tienen miedo mudarse o tomar una
saludable distancia de todo aquel que con su sola presencia parece
contaminar la existencia.
Ante
esta sensación de “cansancio de fin de año”, “No hay que tomar grandes
decisiones, si no, detenerse a un reordenamiento emocional y poner
algunas ideas básicas en orden, dejar de analizar y solo sentir, y es
ahi cuando surten resultados a veces milagrosos”, es decir el momento de
desconfiar de las grandes soluciones mentales. Tan solo buscar momentos
de quietud, cosas pequeñas, gozar de la compañia, gozar de una abrazo y
de un buen sexo, aunque parezca casi vulgar, dedicarse a una época de
reconciliación y perdón consigo mismo; eso permitirá hacerlo con los
demás.
Fin
de año puede sentirse como una carga emocional cuando la distribución
de tensiones y acumulación de factores estresantes sobrepasa los
procesos de confrontamiento y adaptación.
La Terapia Gestalt es un método indicado para este proceso y dan
respuesta a «Cómo quiero seguir aprovechando mi vida?», «¿qué rumbo
quiero darle a esta?».”
Buscame en las redes sociales como CeGuerrero
http://conexionestalleres.wixsite.com/liderhazgo/ecoterapia
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